En los últimos tiempos se ha producido un cambio en la forma en que concebimos la educación y en la manera como aprenden nuestros niños y jóvenes. El cierre temporal de las escuelas de todo el mundo por el covid-19 – con el consiguiente traslado del proceso de aprendizaje a nuestros hogares y ahora en alternancia, ha supuesto para el sistema educativo el mayor desafío en décadas.
La comunidad educativa debe desarrollar nuevas habilidades y destrezas que le permitan a los estudiantes ser competentes en un mundo que ya no será el mismo. Es tiempo de reescribir el futuro y la escuela y sus actores tienen la capacidad de lograrlo.
Los directivos y rectores de nuestros colegios tienen un llamado a reinventarse y a transformar los procesos de gestión, las metodologías, la forma de abordar el conocimiento y en general, la forma de enseñar y de aprender, un cambio propiciado por la innovación y la tecnología que abre infinitas oportunidades. Para las escuelas, es vital ser conscientes de este cambio social, que afecta a toda la comunidad educativa y en especial, la vida de nuestros estudiantes y su futuro.